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LA INCERTIDUMBRE DE LO INCIERTO

Estamos ante una pandemia, ante un virus que de por si es INCIERTO, con sus contradicciones, con sus cepas que no son cepas sino mutaciones, con la diversidad de sus manifestaciones y con sus maneras de atacar distintos lugares del mundo.

Pero ante esta incertidumbre aparece lo INCIERTO como una mera manera de vivir o de aceptar la vida en estos tiempos que solo parecen ser de resignación ante tanta tormenta aleatoria a La pandemia misma.

Aparece lo incierto de los gobernantes que deambulan entre “el que hago y el que debo hacer”, aparecen las miserables peleas políticas, donde automáticamente en cada concepto o en cada determinación se ponen uno contra otro en una mezquina perspectiva donde lo que menos importa en el VIRUS y como  está afectando este a la gente, a esa gente misma a la que después le van a pedir el voto para seguir es sus estrados.  Aparece lo incierto y miserable de los que están pensando en elecciones, en ir moviendo fechas para esas encuestas que van a determinar si podrán o no seguir plasmando sus fechorías.

Aparece lo incierto de nosotros mismos, aparecen las actitudes individualistas y egoístas como las fiestas clandestinas, las juntadas, los derrapes, las escapadas, las vacaciones como una urgencia indeclinable, y los estigmas de ver a un infectado como un asesino serial, cuando en realidad es una víctima.

Y podemos seguir sumando esas INCERTIDUMBRES... la economía  deshilachada, la educación, la presencialidad o virtualidad, la salud colapsada ante gobiernos que prefieren desviar despilfarros para otro lado y no para la columna vital que es el sistema de salud, y muchas cosas más que suman a estas confusiones cotidianas. Esto nos lleva a un embudo de comprensiones  donde todo hace pensar que el virus nos desnuda la miserias en lo global y en lo personal, y que con estos gobernantes, con estas actitudes equivocadas y con un virus que sigue marcando sus garras sobre nuestro devastado planeta,  solo estamos a la deriva triste y desolada, solo estamos… a menos que cambiemos paradigmas y acciones…una vez más, como siempre,  a la buena de DIOS.

                                                                                       WALTER.

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